¿Cómo puede afectar la falta de movimiento en la salud de nuestros niños a nivel físico?
El movimiento lo encontramos presente en todo el crecimiento del bebé, siendo necesario desde los primeros meses de vida hasta completar su crecimiento completo, con la finalidad de adquirir las distintas habilidades en su momento correspondiente, por ejemplo el arrastre y gateo en los bebés o correr y saltar en los niños más grandes.
Todo esto va a necesitar del equilibrio de distintos sistemas que forman parte de nuestro cuerpo:
- Sistema musculoesquelético: Encargado de mantener la postura y mandar información al sistema nervioso central de lo que pasa en ella.
- Sistema visual y laberíntico: Encargado de informar al sistema nervioso central de donde y como se encuentra nuestro cuerpo en el espacio.
- Sistema nervioso central: Encargado de coordinar los dos sistemas anteriores y mandarles la ejecución de los movimientos.
Por lo tanto, para ejecutar cualquier movimiento, va a ser necesario ese equilibrio y es el movimiento el que los va conectando, por lo que la falta de movimiento va a generar menos conexiones entre estos sistemas y por tanto un menor aprendizaje.
Posturalmente, ¿qué puede influir para que todos los niños no tengan la misma postura?
Destacamos 3 factores:
- Los hábitos posturales del niño, es decir el movimiento que realiza o haya realizado.
- Genéticos como son la constitución del niño, si es está por encima de su percentil o si tiene un crecimiento más rápido con picos de crecimiento importantes.
Y el parto que ha tenido, si ha sido por cesárea o parto instrumentado.
- Y la presencia de reflejos primitivos activos.
¿Qué son los Reflejos Primitivos?
Estos reflejos son movimientos involuntarios que realiza el bebé y le ayudan a sobrevivir en los primeros meses de vida. Estos reflejos son innatos y muchos estas presentes antes del nacimiento. Se va a ir integrando, desapareciendo, con el proceso del desarrollo motor del bebé.
En el momento que alguno de estos reflejos no se integren pueden generar distintas adaptaciones en el niño que pueden generar alteraciones en su postura.
¿Aprende peor un niño que tiene una mala postura?
Una mala postura va a afectar a la hora del aprendizaje ralentizándolo, ya va a generar un gasto energético mayor y por lo tanto, al querer aprender habilidades complejas como leer o escribir va a terminar por fatigar del todo e incluso puede ser que el niño al poco tiempo de empezar la actividad tienda a dejarla.
¿Qué signos y síntomas pueden expresar los niños y debemos tener en cuenta?
1. Postura:
- Observar qué postura presenta en estático y podemos encontrar la cabeza inclinada hacia un lado, el peso del cuerpo más en una pierna que en otra, etc.
- Valorar la altura de la cadera y de los hombros.
- Posición de las rodillas: Ambas hacia dentro o hacía fuera o solo una de ellas.
2. Marcha:
- Mete los dos pies hacia dentro o solo uno. Los dos pies hacia fuera.
- Anda de puntillas, dando saltos.
- Al correr tiende a rozar la punta de los pies en el suelo llegando a veces a tropezar.
3. Actitud del niño:
- Presenta dolor. Que un niño presente dolor no es lo normal, pero debemos diferenciar si ese dolor es puntual pudiendo ser del mismo crecimiento, ya que los huesos y músculos no crecen de la misma manera, si no que primero crece el hueso y los tejidos se adaptan. O ese dolor es continuo, donde ya no es normal y debemos valorar que puede pasarle.
- Aparición de miedos a realizar cosas.
- Presencia de cansancio o alteraciones del ciclo del sueño.
4. Digestivo:
- Perdida de apetito o aparición de periodos de cólico y estreñimiento.
¿Qué podemos recomendar para este momento tan especial?
- Aprovechar el movimiento para fomentar la conciencia corporal, con la finalidad de aumentar el equilibrio entre los sistemas implicados en el movimiento comentados anteriormente, como por ejemplo:
- Ejercicios de coordinación como el baile, carreras de gateo, juegos de imitación, movimiento delante de un espejo...
- Trabajo del equilibrio con juegos como la rayuela, carreras a pata coja, uso de la bici, patinete...
- Descansar cuando se realice una actividad de atención como escribir, no descansar con la televisión o la tablet, si no buscar un punto lejano y no hacerlo cada 2-3 horas, si no cada 20 minutos, donde aprovechamos también para que se muevan y cambien de posición.
- En el caso de presentar alteraciones del sueño adaptar una buena rutina de sueño, así como no dar azúcar por la tarde o cenas copiosas para que los niños descansen mejor y fomentar su crecimiento nocturno.
¿Cuándo se debe valorar o acudir a tratamiento de fisioterapia o a otro especialista?
Si después de todo lo explicado hay algo en la postura que no concuerda o si un dolor persiste en el tiempo se debe valorar por un profesional.
Nosotros trabajamos de manera individualizada y multidisciplinar con otros profesionales como podólogos, ópticos, etc. para crear un tratamiento personalizado con un trabajo osteopático postural y su reeducación a través del ejercicio con stretching, reflejos primitivos,etc.